Existen varias objeciones que te impiden contratar un Asistente Virtual. A continuación, detallamos varias de estas y una breve explicación de por qué no deben ser un impedimento a la hora de contratar a un Asistente Virtual.
No tengo dinero para contratar a alguien
Hace algunas décadas, en la era pre-Internet, la única manera de conseguir ayuda era contratando a un empleado. A esta persona había que pagarle un sueldo, seguro social y beneficios. Además de proveerle escritorio, silla y equipo de trabajo. Pero en la actualidad, vivimos el momento ideal para contratar un Asistente Virtual especializado que nos colabore con esas tareas específicas que nos roban tiempo valioso. El tele-trabajo permite contratar a esa persona, sin importar en qué lugar del mundo esté. A este profesional que trabaja desde su casa o que decidió ser un emprendedor que apoya a otros emprendedores, no hay que pagarle un sueldo ni genera gastos fijos en tu empresa. Puedes llegar a un acuerdo en el que le pagues por horas, por semana o por proyecto. Todo de acuerdo con tu presupuesto y tus necesidades.
No sé qué tarea debo delegar
Si estás todo el día apagando fuegos en tu empresa, seguro tienes dificultad en reconocer qué tareas puedes delegar. Porque al final, para ti en este momento, todo es urgente e importante y todo lo resuelves tú. Pero si te tomas un momento para reflexionar acerca de los procesos propios de tu empresa y la naturaleza de cada tarea, podrás identificar cuáles son esas tareas que solo dependen de ti y cuáles pueden ser ejecutadas por un tercero. Por ejemplo, no puedes contratar un Asistente Virtual para que optimice tu producto estrella, pero sí puedes pedir su colaboración para que te ayude a crear una estrategia de mercadeo para ese producto.
Me cuesta delegar
Perfecto, ya has identificado qué tareas puede ejecutar un Asistente Virtual, pero ese no es realmente el problema. Lo que te frena es que te cuesta delegar porque (y estamos seguros de que escribiremos las palabras textuales que has dicho) “nadie lo va a hacer como yo lo hago”. Es cierto, nadie va a realizar esas tareas tal y como tú las haces. Y esa es una muy buena noticia. Un asistente virtual especializado tiene la experiencia necesaria saber cómo actuar frente a cada situación, así como encontrar caminos nuevos que solucionen los problemas comunes de sus clientes. Imagina todo el tiempo que te ahorrarás (y el dinero) cuando este profesional ejecute esas tareas en la mitad del tiempo que te toma a ti realizarlas.
No conozco a ese Asistente Virtual y no sé si me gustará su forma de trabajar.
Si bien es cierto que cada asistente tiene su forma de hacer las cosas, también debes considerar que tú, como líder de proyecto, le indicarás qué tareas debe cumplir y cómo esperas que las realice. En ese punto llegarán a un acuerdo que los satisfaga a ambos.
Por eso, es vital que antes de buscar y contratar a un asistente, tengas muy claro cuáles son tus objetivos, cómo son tus procesos y qué expectativas tienes de ese asistente. Además, debes ser muy flexible durante el periodo de capacitación y estar abierto a escuchar nuevas propuestas. Suele pasar que los emprendedores creen que ese sistema que han ideado es el más eficiente y el asistente les hace ver que hay una mejor manera de hacerlo.
Recuerda que ese asistente es un profesional, que acumula años de experiencia y que conoce muy bien su área de trabajo. No debes tener objeciones a la hora de contratar un Asistente Virtual. El proceso es muy sencillo.
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